Son fondos de inversión que tienen la particularidad de que cotizan en bolsa -igual que una acción-, pudiéndose comprar y vender a lo largo de una sesión al precio existente en cada momento, sin necesidad de esperar al cierre del mercado para conocer el valor liquidado al que se hace la suscripción-reembolso del mismo.
Los ETF se caracterizan porque el objetivo principal de su política de inversión es reproducir un determinado índice bursátil o de renta fija, y sus participaciones están admitidas a negociación en bolsas de valores.
Su política de inversión debe consistir en replicar un índice bursátil, de renta fija, de materias primas, de un sector, etc., lo cual los hace muy atractivos. Su cotización podrá variar a lo largo de una sesión bursátil en función de la oferta y la demanda, como ocurre con cualquier otro valor cotizado, lo que le imprime una gran transparencia para los inversionistas, además de esto, es un producto muy competitivo en comisiones y se convierte en una excelente opción para la diversificación de los portafolios.
Tipos de ETFs
En términos generales, existen dos tipos de ETFs que se diferencian por los activos subyacentes del fondo.
- ETFs de réplica física. Un ETF de réplica física compra los títulos del índice que pretende replicar, por lo que el inversor posee los títulos subyacentes. Existen dos tipos de réplica: réplica total de índice, en la que la cartera incluye todos los componentes con la misma ponderación que el índice; o réplica optimizada, en la que la cartera no incluye todos los componentes, especialmente cuando se trata de un índice amplio. En el caso de los índices de mayor tamaño, replicar el índice en su totalidad resultaría demasiado costoso y poco eficiente.
- ETF de réplica sintética. El ETF de réplica sintética compra un instrumento derivado, habitualmente un “performance swap”. En este tipo de contrato, el ETF recibe de una contraparte un rendimiento igual al del índice replicado menos una comisión (el “coste del swap”). Los ETFs de réplica sintética suelen ser más arriesgados que los de réplica física, debido a su exposición a la contrapartida del swap. Aun así, pueden ser eficaces para obtener exposición a mercados inaccesibles a través de fondos de réplica física, como los de materias primas y algunos mercados de difícil negociación de países emergentes.
- Eficiencia y acceso. Las participaciones de ETFs se negocian en bolsa, lo que permite invertir, incrementar la inversión, o deshacerla fácilmente. Comprar es tan fácil como vender.
- Eficiencia en costes. Los ETFs tienen costes a menudo inferiores a los de otros tipos de fondos de inversión.
- Transparencia. Con los ETFs, tiene un mayor control sobre sus inversiones y sabe precisamente en qué invierte. Puede consultar a diario los valores incluidos en la cartera del fondo, así como su rentabilidad y costes.
- Diversificación. Los ETFs dan acceso a una multitud de opciones de inversión, que cubren un amplio abanico de clases de activos, sectores y zonas geográficas. Esta variedad permite diversificar el riesgo y no poner todos los huevos en la misma cesta.